En 2002 el profesor Arjen Hoekstra, de la Universidad de Twente (Holanda), introdujo el concepto de huella hídrica, un indicador medioambiental que define el volumen de agua dulce total usada para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos (como individuo, comunidad, empresa o país). Se calcula que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada con lo que se come, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
EL ECONOMISTA, 22/03/2021, 08:00